Una nueva cultura empresarial

Qué debe hacer una empresa para convertirse en una organización de nueva generación. Cómo puede mantener su foco en la creación de valor económico, promoviendo y acompañando las otras tres dimensiones de creación de valor  – política, social y ambiental-. Qué define que pueda obtener su licencia social para operar y sobrevivir en los escenarios presentes y futuros.

En el mundo en general y en Latinoamérica en particular, la brecha entre necesidades insatisfechas y disponibilidad de recursos y riquezas no hace más que agrandarse. Esta situación está tomando estado público, lo que genera una fuerte ruptura del pacto social entre los individuos y las instituciones.

Estos factores, más el auge de las corrientes antiglobalización, han llevado a que hoy la sociedad le exija a la empresa moderna que asuma un nuevo rol y desde un nuevo lugar. Ya no se discute la importancia que ha tenido el sector privado en el desarrollo y el progreso de la humanidad en cuanto a la creación de fuentes de trabajo, pero la sociedad espera que las empresas, además de generar riqueza, cumplan también con su papel de ciudadanos corporativos y lo vivan tanto hacia adentro como hacia fuera de las organizaciones.

Las que pueden ser consideradas las “nuevas bases de la empresa moderna”, deben respetarse no solamente por motivos éticos o morales, sino por lo que podríamos llamar “solidaridad egoísta”, ya que el compromiso de la empresa con la sociedad en la que trabaja, determinará que la sociedad le siga renovando la licencia social que necesita para operar y, en consecuencia, sobrevivir. Y deberán ser sus empleados y ejecutivos los primeros jueces y embajadores de esta nueva cultura. Por lo tanto, es necesario que las empresas se conviertan en verdaderas organizaciones de nueva generación que, sin abandonar su foco de creación de valor respectivo, que es el económico, también promuevan y acompañen las otras dimensiones de creación de valor, entendiendo que las cuatro dimensiones – política, económica, social y ambiental – están íntima e ineludiblemente relacionadas.

Quiénes somos y en qué creemos

Una organización de nueva generación que pertenece al sector privado, es una empresa concebida para crear valor en las cuatro dimensiones y para “vivir la responsabilidad social empresaria” desde lo colectivo. En este contexto, para una organización de estas características RSE significa relaciones laborales responsables que maximicen la productividad y mejoren las condiciones de trabajo, y relaciones responsables con la comunidad donde invierte, para el mejoramiento de las condiciones de vida de los miembros de esa comunidad. Significa conocer su cadena de proveedores y ayudarlos a que incorporen mejores prácticas; significa productos responsables que no afecten la salud de la población, y también la aplicación de métodos de fabricación responsable, que contemplen las innovaciones si causar daño al medio ambiente. El objetivo de aplicar todas estas prácticas es contribuir a que, en el largo plazo, la empresa pueda operar con colaboradores mejor preparados y motivados en mercados mejor desarrollados y obtener, por ende, mayores ganancias.

En cuanto al desarrollo sostenible, concepto en el que se basa la RSE, según la definición de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo “desarrollo sostenible es el que busca satisfacer las necesidades y aspiraciones presentes sin comprometer la capacidad de satisfacción de las futuras”. En términos más prácticos, podemos decir que desarrollo sostenible significa no vivir más allá de nuestras posibilidades. Significa no quemar nuestra casa para mantenernos calientes, ni cortar la rama en la que estamos sentados. Vivir de los intereses y no del capital.

En función de estas premisas, una organización de nueva generación  aspira a tener una identidad y una cultura consistentes, que definan en forma permanente el carácter de la organización, porque el “quienes somos” debe trascender los productos que se producen, las modas del management y a quien esté liderando.

Para ello, el foco debe estar puesto en atraer a personas cuyos valores sean compatibles con la ideología de la organización, ya que los valores sustanciales y el propósito son los lazos que mantienen unida a una organización mientras crece y evoluciona.

En tal sentido, para que la empresa cumpla con su rol de ciudadano corporativo ya no resulta suficiente la transparencia de un balance contable, la lealtad comercial, la competencia justa…también es necesario que realizar un balance social de sus acciones y filosofía, de modo de dar cuenta a sus colaboradores y a la sociedad en su conjunto de su operatoria.

Por lo tanto, respecto de los valores que sustentan el accionar de una organización de nueva generación, podemos afirmar que se caracterizan por:

  • Ser principios- guía alineados con las creencias personales de los líderes de la organización, que resisten la prueba del tiempo ya que están vigentes hoy y lo seguirán estando incluso dentro de 100 años.

  • Ser transmisibles y compartidos con las generaciones futuras, con sus hijos y compañeros, porque enseñan cómo se debe trabajar y para qué y porqué trabajamos.

  • Representar la razón de ser y el alma de la organización, la estrella que la guía y marca el rumbo.

El pacto de trabajo hoy

La gestión tradicional considera que los objetivos sociales compiten con los objetivos financieros de la empresa pero, como demuestran Michael Porter y Mark Kramer, esta es “una falsa dicotomía”, “una perspectiva obsoleta en un mundo de competencia abierta y basada en el conocimiento”. En el largo plazo, estos objetivos no sólo no compiten sino que están estrechamente ligados entre sí: la productividad de la empresa depende de que los empleados sean personas más educadas, sanas y motivadas por las oportunidades que encuentran en su sitio de trabajo.

Por todo ello, tomando en cuenta todos estos postulados, una organización de nueva generación se propone:

  • Establecer modelos de sustentabilidad y elaborar su propia Estrategia de Responsabilidad Social Empresaria e integrarlos a su estrategia corporativa, de modo de comenzar desde el inicio mismo de sus operaciones con las best practices, defendiendo y encuadrando su propio accionar y políticas en función de los valores del desarrollo humano sostenible:

Abordaje sistémico desde la complejidad

Largo plazo (acronológico)

Respeto por la capacidad de carga

Democracia participativa

– Procesos vinculantes en la toma de decisiones

Legitimidad

Transparencia

Acceso libre a la información de los actos jurídicos y administrativos

Búsqueda de la gobernabilidad

Respeto por la singularidad

– Construcción colectiva desde la diversidad

Sostenibilidad y Eco-eficiencia

Rendición de cuentas: medición de impacto

Equidad intergénero e intergeneracional

– Comercio justo

– Consumo responsable

Igualdad de acceso a las oportunidades: inclusión

– Cultura de paz

Diálogo multiplural / multiparte / multicultural

  • Aspirar a que la mejor gente quiera ser parte de la organización, ya que es su principal activo y sus mejores representantes.  Que quienes integran la organización compartan su visión y valores, y su compromiso de largo plazo; que sean los mejores en lo que hacen, se apasionen por lo que hacen, y trabajen con alta dedicación porque así lo desean y porque sienten que están colaborando para lograr una mayor concientización de responsabilidad social empresaria, con lo que a la vez contribuyen positivamente a edificar sus vidas.

  • Apuntar a la lealtad como equipo, al apoyo y a la amplia colaboración mutua entre los integrantes para su desarrollo como profesionales, como personas y como organización.

  • Trabajar con eficacia y eficiencia para ser respetados por sus pares, y para lograr que confíen en su desempeño técnico y sus valores.

  • Crear una cultura interna compartida, comprometida y comunicada, que genere una mística propia, de modo que todos los integrantes de la organización estén alineados con los valores y principios que están reflejados en la misión y visión.

  • Propiciar que todos los integrantes de la empresa, no importa su ubicación en el escalafón, «sientan y vivencien» que trabajar en esta compañía es «diferente, es otra cosa», ya que ser parte de esta empresa les permitirá no sólo crecer profesionalmente, percibir un salario digno y contribuir con la creación de valor económico, sino también formar parte de una red social que es generadora de riqueza para el resto de la sociedad, ya que con su salario pagan impuestos, consumen bienes y servicios. O sea que al trabajar participan de un proyecto mucho más importante y trascendente, que busca el éxito comercial pero que además promueve la libertad y la responsabilidad individual, la equidad y la justicia, la dignidad humana y la igualdad de acceso a las oportunidades en una sociedad abierta, pluralista y democrática, y el mejoramiento en todos los planos de la sociedad en que viven.

  • Promover esta cultura interna no sólo como algo vital para la imagen de la empresa, sino también como parte de una política de competitividad que va a permitir que la empresa reclute a los mejores hombres y mujeres y pueda conservarlos incluso en épocas de crisis, y también que sus recursos humanos -una de las principales variables de éxito de una organización- tengan «la camiseta puesta» y estén dispuestos a hacer ese esfuerzo «extra» que todas las organizaciones requieren para ser competitivas en el mundo de hoy.

  • Intentar volverse cada vez más atractiva para que inversores de primera línea, tanto a nivel local como internacional se sientan interesados en invertir, si se tiene en consideración que en la actualidad la relación que existe entre la empresa y su entorno es uno de los temas que los analistas e inversores de largo plazo observan con mayor detenimiento en el momento de decidir una inversión.

  • Promover la toma de decisiones en forma participativa.

Por lo tanto, para cumplir con los principios de compromiso, participación e inclusión enunciados, una organización de nueva generación debe aplicar un modelo abierto y descentralizado, que lleve adelante prácticas de gestión del conocimiento y aseguramiento de riesgos, motive a su personal y lo haga partícipes de los logros y los dividendos que obtenga  la empresa, ya que uno de los principales éxitos de la compañía estará dado si logra vivenciar internamente lo que postula y promueve en los productos y servicios que desarrolla.

Los públicos internos: procesos de capacitación.

Tal como ya hemos mencionado, la aplicación y promoción de los principios del desarrollo sostenible deben verse reflejados en las acciones internas y externas de la compañía, y estar dirigidas tanto a sus shareholders, como a los diferentes stakeholders.

En tal sentido, para llevar adelante con éxito su estrategia de responsabilidad social corporativa y promover la cultura interna alineada con los valores del desarrollo sostenible, la organización debe establecer diferentes mecanismos que permitan mantener una estructura corporativa flexible y abierta a la discusión para la creación de pactos laborales justos.

Conjuntamente con el departamento de recursos humanos, debe además desarrollar la estrategia puertas para dentro y también mecanismos de gobernabilidad y legitimidad. Esto exigirá la puesta en marcha de programas de comunicación interna y capacitación que colaboren en la generación de un fuerte sentido de pertenencia.

Esto deberá a su vez ser fuente de inspiración y motivación y, mediante una eficiente comunicación, lograr que todos comprendan y se alineen con un objetivo común.

Para ello, es fundamental implementar acciones muy concretas, como por ejemplo:

  • Organizar cursos de capacitación para que el personal de la empresa reciba información acerca del nuevo paradigma, pueda tener una nueva concepción del trabajo, entienda qué es el sector social, su función y cómo trabaja, y cómo pueden ejercer mejor su rol de ciudadanos.

  • Posibilitar que una mañana o un día al mes los empleados tengan la oportunidad de trabajar como voluntarios para una ONG.

 

Diálogos y asociaciones

El diálogo permanente con sus diferentes stakeholders, empleados, accionistas, comunidades, ONGs, consumidores, socios, proveedores, gobiernos, etc. le permitirá a la organización aprender y ampliar su aprendizaje. Esto ayudará a reducir los niveles de incertidumbre, falta de entendimiento y riesgo al que están expuestas las empresas habitualmente, y por lo tanto incrementará la aceptación pública de su actividad corporativa, lo que redundará en la licencia social para operar que ya hemos mencionado y que requerirá para el desarrollo de sus actividades.

También le permitirá dar el siguiente paso: generar asociaciones integradas por miembros de distintos sectores. Estas asociaciones no sólo posibilitarán que combine habilidades y le proporcionarán acceso a realidades y situaciones diversas que la empresa no podría tener por sí misma, sino que además colaborará para que ajuste más sus ofertas a las demandas y necesidades de sus públicos y del mercado.

En tal sentido, para el cumplimiento de sus objetivos, la organización debe seleccionar y elegir ONGs para conformar alianzas estratégicas con el fin de implementar modelos de RSE, de voluntariado, y desarrollar programas conjuntos con universidades y el mundo corporativo.

Esto le permitirá convertirse a su vez en una organización de nueva generación que formará parte del entramado de diferentes redes sinérgicas y:

  • Cumplir con su función de fomentar y generar vínculos entre los diferentes actores de los sectores privado, social y público.

  • Incluir e integrar a sus proveedores y públicos alineándolos con sus políticas y valores en una gestión transparente e integral.

  • Propiciar el dialogo intersectorial estableciendo un sistema para mantener debates y diálogos transparentes y continuos con sus diferentes stakeholders y otros sectores y clusters.

  • Conformar asociaciones horizontales e inteligentes, para alcanzar los objetivos sociales y empresariales planteados en su estrategia.

Aprender a aprender

Una organización de nueva generación debe estar dispuesta ser una “learning teaching organization by doing”, que desarrolla modelos que pueden cambiar a medida que sus miembros van aprendiendo sobre lo que funciona y lo que no, lo que les permitirá ir haciendo los ajustes necesarios a medida que avanza. Una organización de nueva generación debe ser creativa y tratar de aplicar todas las fórmulas de nuevas maneras, así como cumplir no sólo con su gestión por objetivos, sino también con su gestión por subjetivos, de modo de poder, en un futuro próximo, publicar reportes de sus prácticas y lecciones aprendidas, para que estén disponibles para su gente, sus stakeholders y la sociedad en su conjunto.

Perfil de los inversores

En esta “declaración de principios” donde explica su razón de ser, su visión y filosofía, una organización de nueva generación que pertenece al sector privado define cuál es el perfil de los potenciales inversores que aspira obtener y las características que deben tener las organizaciones, entidades o personas que deseen establecer futuras alianzas estratégicas.

“Somos una empresa de nueva generación. Estamos gestando un nuevo paradigma de negocios basado en la creación de valor en dos planos: el económico y el social, asumiendo también nuestro compromiso de contribuir a la creación de valor público y ambiental”.

Nuestro desafío es construir una empresa de nueva generación con ideas nuevas, a través de la cual podamos ver el mundo desde una nueva perspectiva, ver el futuro como un gran reto positivo, sabiendo como empresarios que el aporte más importante que podemos hacer es agregar valor económico a través de una gestión sostenible, pero sumando otras dimensiones mucho más amplias relacionadas con lo social y lo público.

Desde el sector privado nos proponemos construir un modelo de empresa mixto, donde aplicaremos toda la lógica empresarial en nuestro rol de cambio pero orientada también a la creación de valor social. Nuestros beneficios no serán sólo económicos sino que también tendrán la forma de dividendos sociales.  Proponemos inversiones sólidas de largo plazo.

Apuntamos a ser un imán para inversores que compartan nuestra filosofía. Estos inversores serán parte esencial de este crecimiento y compartiremos con ellos el aprendizaje que iremos a alcanzar durante las diferentes etapas del proyecto.

Aquellos que se sumen al proyecto deberán compartir nuestra visión y valores, nuestro compromiso de largo plazo. De esta forma, nuestros inversores comprobarán que, efectivamente, están colaborando para lograr una mayor concientización de responsabilidad social empresaria e invirtiendo en la creación de un mundo mejor.

 

Proponemos a los inversores tener relaciones más cercanas con los objetivos de las inversiones realizadas, mantenerlas e incrementarlas a medida que vuelvan en forma de dividendos y reinvertir por períodos más prolongados. Apuntamos a aquellos inversores que quieren hacer mucho más que solamente firmar un cheque y retirar dividendos económicos a fin de cada ejercicio. Apuntamos a aquellos que quieren comprometerse, agregar valor en lo económico y social, y desarrollar esa habilidad distintiva junto con nosotros.

Buscamos inversores con una filosofía de “manos a la obra” respecto de su conocimiento acerca de cómo los recursos que invirtieron se reinvierten para aumentar el impacto y lograr el cambio.

Creemos en la generación de riqueza porque es la única forma de abrir los caminos a la creación de valor económico, social y público. Como buscamos el retorno social de largo plazo, sostenemos que sin la generación de riqueza en el plano económico el proceso es inviable, porque la creación de valor social no sería sostenible en el tiempo sin la generación simultánea de riqueza económica.

Esta es nuestra visión y seremos persistentes en alcanzarla. Los modelos que desarrollaremos podrán cambiar a medida que aprendamos sobre lo que funciona y lo que no. Somos una empresa “learning by doing”; iremos haciendo los ajustes necesarios a medida que avanzamos. No nos daremos por vencidos ante los obstáculos.

Seremos creativos y trataremos de aplicar todo nuestros saberes y conocimientos de nuevas maneras. Publicaremos reportes de sostenibilidad de nuestras prácticas y lecciones aprendidas, para que estén disponibles para nuestra gente, los inversores y el conjunto de stakeholders.

Apuntamos a contribuir en la creación de una economía más justa, responsable y sostenible a través del desarrollo, la práctica y el fomento de inversiones socialmente responsables.

Creemos que la combinación inteligente de estos valores es la única herramienta valida para medir el éxito. Apostamos a la construcción de  un mundo donde los negocios midan el retorno de la inversión también en los planos social, ambiental y cultural. Dado que el retorno social mide la habilidad de una empresa de crear valor social en una comunidad y este valor puede ser medido en términos económicos, es posible realizar una medición del impacto de nuestras acciones en la sociedad en su conjunto. Una gestión de negocios con estas características permitirá a los inversores determinar cuán atractiva es esta inversión potencial.

Demostraremos que a mayor retorno social de la inversión, mejores serán los resultados económico-financieros, mayor el reconocimiento de nuestros inversores, de nuestros clientes, y de la comunidad en su conjunto.

Consideramos que el crecimiento no debe verse solamente en términos de metas cuantitativas, pues esto genera desigualdades que estructuradas terminan siendo acumulativas.

Imaginamos para nuestra empresa objetivos que no sean sólo el crecimiento y la obtención de ganancias. Proponemos pensar en gestionar objetivos y subjetivos  desde un lugar diferente para alcanzar un modo de producción y de consumo en el cual las formas de desigualdad que hasta hoy generaron las formas del crecimiento económico tradicional sean superadas.

Proponemos una fórmula de economía mixta, un cambio de concepto respecto del sector privado tradicional. Hacernos la pregunta: ¿desarrollar qué y para quién? ¿ donde queda el progreso?  No perder de vista las razones por las cuales creamos una compañía y hacemos inversiones: para mejorar nuestra calidad de  vida y la  de las sociedades en las que operamos.

Entendemos que existe una tolerancia de riesgo que los potenciales inversores están dispuestos a asumir, y utilizaremos nuestros conocimientos y aprendizajes de manera tal que permanentemente intentaremos minimizar ese riesgo a través de la aplicación de mejores prácticas, no sólo dentro de la empresa, sino también en nuestra relación con los diferentes grupos de interés (stakeholders)”.

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