La Cábala

La Cábala va link es una corriente de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento relacionada con el judaísmo. El concepto refiere al conjunto de doctrinas que, mediante el esoterismo y el cumplimiento de ciertos preceptos, pretende revelar el mensaje de Dios y del mundo.

La Cábala sale a la luz como tal entre los siglos XII y XIII en la Provenza y Cataluña a través de las comunidades judías de la zona vinculadas indefectiblemente a Oriente Próximo. Así, podemos decir que la Cábala nace en Sefarad, la comunidad judía española.

Una de las fuentes más importantes de la Cábala es el Zóhar (‘libro del esplendor’), escrito por Simeón Ben Yojai. La idea básica allí expuesta es que, del seno mismo de la Divinidad Oculta o Infinito (el Ain Sof), surgió un rayo de luz que dio origen a la nada (ain), identificada con una esfera (sefirot) o región, que recibe el nombre de kéter (‘corona’). A partir de esta corona suprema de Dios emanan otras nueve esferas (las sefirot). Estas diez esferas constituyen los distintos aspectos de Dios mediante los cuales este se automanifiesta.

Los textos principales de la Cábala son el Árbol de la Vida, el Talmud de las 10 sefirot, el Zohar, el Séfer Ietzirá y el prefacio de la Sabiduría de la Cábala.

En esencia, la Cábala (palabra que significa ‘recibir’) es un sistema de interpretación mística y alegórica de la Torá, que busca en ese texto el significado del mundo y la “verdad”. Pretende interpretar los sentidos ocultos de los cinco libros y en ellos busca la revelación. Puede entenderse de una manera metafísica, buscando la iluminación, o se puede entender como un medio a través del cual llegar a conocer la realidad que nos rodea. Cabalística es la afirmación de que “el conocimiento absoluto no tiene objeto sino que es un medio”. Para los cabalistas, el lenguaje es creador y la Torá contiene todos los textos, todas las combinaciones que pueden darse para crear otros mundos y otras realidades. Los cabalistas entienden que el nombre de Dios está formado por todas las letras que componen el alfabeto y que este, por tanto, tiene múltiples formas. Dios se sirvió de las letras para crear el universo a través de sus emanaciones o sefirot.

En siglos pasados, la Cábala no estuvo al alcance de toda la población. Se convirtió en un auténtico tabú y sólo se permitía que unos cuantos pudieran acceder a descubrirla, estudiarla y entenderla. Sin embargo, a partir del siglo XX, ha dejado de ser ocultada y se ha puesto a disposición de todos los interesados.
Al analizar la citada Cábala hay que tener claro que la misma parte de dos principios o pilares fundamentales: el deseo de otorgar y el deseo de recibir. Todo ello sin olvidar tampoco otros puntales de gran valor como serían lo vital, el aliento, la unicidad, el espíritu y la vida.

La concepción moderna de la Cábala indica que este sistema fue dado a la Humanidad por Dios, sin ninguna precondición. La doctrina cabalística sostiene que el universo funciona según principios que, si son entendidos y aceptados por el ser humano, logran mejorar la vida y permiten alcanzar la plenitud.

La Cábala se subdivide dogmática (o real) y artificial (o simbólica).

La Cábala dogmática explica los sentidos ocultos de ciertas palabras de la Biblia, con aplicación a los fenómenos de la historia de la creación. Es de dos especies:

En la Cábala artificial se prescriben determinadas reglas hermenéuticas para descifrar el sentido oculto de los textos de la Biblia. Así, para descifrar el sentido oculto de los textos de la Biblia (a los que se considera acompañados de un sentido recóndito) se colocan verticalmente unas encima de otras las palabras de diferentes versículos de la Sagrada Escritura, resultando nuevas palabras de las letras en lectura vertical. Las palabras se disponen en forma de cuadro para poder ser leídas verticalmente o en bustrófedon. Las palabras se juntan totalmente y se las separa de nuevo, etc.

Virtudes y valores

En el Árbol de la vida, cada círculo representa una de las diez sefirot. La Cábala explica estas diez esferas (sefirot), enumeradas habitualmente en el orden en que el rayo de Dios desciende para crear el mundo.

Muchas de ellas están relacionadas con valores.

Kéter: la bondad

Virtud: consecución, culminación de la gran obra. 
Es la primera sefirot del Árbol de la Vida de la Cábala. Se sitúa en una posición central superior del árbol. Es la Corona y el potencial puro de las manifestaciones que acontecen en las otras dimensiones; la primera revelación de Dios y establece su nombre divino. Contiene todo lo que existió, lo que existe y lo que continuará existiendo. Es la génesis de todas las emanaciones canalizadas por las otras sefirot y la Luz Superior generadora de todo el movimiento de la creación: la bondad. Se puede considerar como el momento cero, la creación en potencia, pero no expandida.

Hokmah: la sabiduría, el deseo de recibir

Virtud: la devoción.
Se asocia con el comienzo del pensamiento, con la idea general de realizar la voluntad del hombre. Es el salto cuántico de la intuición, que deriva en las manifestaciones artísticas. Es el intelecto de la mente divina y una señal de talento en los humanos. Esta equilibrado con Biná, la compasión, el lado opuesto del pilar de la severidad. Es la Sabiduría divina por la cual la deidad se conoce a sí misma, y permite a todo ser reconocer la Unidad en su interior.

Biná: el entendimiento, el deseo de otorgar con la intención de recibir.

Virtud: silencio. El entendimiento.
Biná es el proceso racional innato en la persona que trabaja para desarrollar una idea plenamente. Análogamente es el lado izquierdo del cerebro, donde funciona la razón, organizando el pensamiento en algo concreto. Representa el intelecto divino y significa la aceptación de la tradición y el uso de la razón en la humanidad.
Estas primeras tres sefirot son en realidad una sola: Kether es el Conocimiento, Hokhmah el sujeto que conoce (activo) y Binah el objeto conocido (pasivo).

Jesed: la compasión, el amor

Virtud: obediencia
Representa el deseo de compartir incondicionalmente, la voluntad de dar todo de sí mismo y la generosidad sin límites. La extrema compasión. Tiene —principalmente— dos significados: uno más legalista en el sentido de «cumplir aquello que fue acordado» o de dar al otro aquello que le es debido según lo previamente acordado, y un segundo sentido, más intuitivo y espiritual, que asume el significado de acto gratuito y espontáneo de bondad y amor.
Segundo atributo del Pilar de la Misericordia, representa las cualidades divinas de la tolerancia, la generosidad y el amor que se irradia a toda la creación.

El Zohar declara que el amor y el temor son dos “alas” sin las que la Torá no se eleva hacia los cielos. Esto significa que hay dos componentes emocionales en nuestro trabajo espiritual. Cuando una persona hace un acto desmotivado e insípido, no tiene éxito. Cuando una persona hace un acto con sentimiento y entendimiento, cobra vida.

Gevurá: la justicia, la fuerza.

Virtud: energía, coraje.
Gevurah, el juicio, representa la justicia divina y el orden. Se complementa con el cuarto sefirot, Hesed, el segundo atributo del Pilar de la Misericordia. En la antigüedad el planeta consagrado a Geburah era Marte, ya que este representaba la voluntad, severidad y la fuerza.

Tiferet: la belleza

Virtud: devoción a la gran obra.
Este es el corazón de los corazones, sobre el cual reside la esencia de las cosas. Es la Belleza que entrelaza a todas las sefirot entre sí.

Nezah: la Victoria de la Vida sobre la Muerte

Virtud: generosidad.
Nezah es la eternidad y el tercer atributo del Pilar de la Misericordia. Tradicionalmente se interpretaba como la victoria y representa el papel expansivo de los ejércitos de Dios y la cualidad dinámica, espontánea e impulsiva de la humanidad.

Hod: la Eternidad del Ser. Gloria.

Virtud: veracidad. 
Hod es el atributo más bajo del Pilar de la Severidad. Traducida a veces como “esplendor” o “gloria”, puede referirse tanto a los ejércitos de Dios como a las cualidades pasivas y cognoscitivas de la especie humana.

Yesod: el Fundamento. La Generación o piedra angular de la Estabilidad.

Virtud: independencia.
Yesod, la última de las uniones en el Pilar del Equilibrio, es el fundamento de todo lo existente, en los seres humanos, representa el ego, o la base de la conciencia.

Malkhut: el Reino. Principio de las Formas.

Virtud: discriminación.
La última sefirot, el reino, simboliza la presencia de Dios en la materia. Tradicionalmente se consideraba que tenía naturaleza cuádruple en alusión a los cuatro elementos (agua, fuego, aire y tierra). Entonces, entiende que Dios se manifiesta en el mundo por medio de la combinación de estos cuatro elementos. Constituye el descenso de Kether al mundo material y representa la Omnipresencia e Inmanencia divina en todas las cosa.

Según la Cábala, quien aspira al Conocimiento (Daat) debe saber que su fuego interior, que no es otro que la pasión por la Verdad y su amor a ella, debe ser constante y continuo, es decir que no se encienda tanto que por su causa arda y se pierda el ánimo, y al contrario, que tampoco disminuya al punto de apagarse. Es el delicado juego de los equilibrios de que hablaban los alquimistas medievales y renacentistas, los cuales también aconsejaban que en todas las operaciones debían prevalecer las virtudes de la paciencia y la perseverancia. 
En el mantenimiento de ese fuego y en el control natural de su potencia, radican los principios fundamentales de la Cábala.

El Conocimiento (Daat) está asociado a su vez con las siguientes virtudes: desapego, perfección de la justicia, y la aplicación de las virtudes no corrompidas por consideraciones de la personalidad y confianza en el futuro.