Filosofía y Educación. Conferencias

Extracto del libro de Josefina Semillán de Dartiguelongue en el que la licenciada en Filosofía, especializada en Antropología Filosófica y Filosofía Social aborda los nuevos fenómenos culturales y cómo enfrentarlos y adaptarnos.

Plantear el abordaje a las culturas latinoamericanas es asomarse a mundos plurales, polisémicos, ricos en diversidad, de complejidad cautivante y de policromía sin par. Y mundos en los que la relación Eros y Thanatos está siempre en tensión y se despliega según las posibles coreografías que los sujetos, los grupos, los pueblos pueden ir diseñando en medio de sus compulsiones y de amores, de sus represiones y sueños, y de los juegos estructurales del poder.

Empero Eros y Thanatos corren el riesgo de ser reducidos y simplificados en su connotación.

Para comprender nuestras realidades es necesario hoy una apertura que permita leer a Eros como: todas las formas del amor. Y que Thanatos pueda aparecer no sólo como muerte, sino como todas las formas de la destrucción.

Para asomarse a los mundos de las culturas contemporáneas, y en especial a la de los jóvenes, es necesario disponerse también a un desplazamiento coreográfico, por el cual los lugares de la escucha y los lugares de la interpretación sean in-novadores.

Innovadores no porque nunca se hayan intentado, sino porque se reestrenan.
Porque los nuevos contextos hacen que el texto de lo que acontece provoque una lectura y una re-sonancia que no puede ser percibido desde posicionamientos convencionales.

Porque esos con-textos y esos textos tienen nuevas formas y estilos y en su movimiento piden acompañamiento desde la propia movilidad y movilización del que intenta su hermenéutica.

Se trata de in-novar, no solamente como el logro de un resultado diferente, sino en el sentido que la palabra señala en su simplicidad: novar-in. In – “en”- dentro.

Desde un posicionamiento interior distinto, desde un habitar la propia subjetividad, que se va despojando de  igideces y pre-juicios, desde el asombro circular que permite saltar por sobre la mera perspectiva lineal.

Esto es fundamental, a que implica un posicionamiento en el que las nuevas formulaciones de la Física han sido altamente inspiradoras y en el que la necesidad holística aparece no como moda pedagógica sino como acceso circular, abarcativo, no resignado con las migajas de los fragmentos en tanto fragmento.

Es el salto de una etapa saturada por la dominación de la fragmentación, que busca el hálito fresco de las articulaciones que giran y acompañan los giros evolutivos del cambio, no para controlar son para desplegarse aprendiendo.

Este posicionamiento permite saltar por sobre la perspectiva de lo obvio y siempre lo mismo, plano cristalizado, panorama recortado, bordes previsibles, fatiga de reiteración hermenéutica, cansancio de inoperatividad conjunta, rutina crítica.

Se trata de una expectativa (no un desafío) que se transforma en horizonte de esperanza, de modo tal que la perplejidad, el agobio, la vulnerabilidad que produce la incomprensión de los nuevos fenómenos culturales motive a:

resensibilizar las percepciones
inaugurar escucha
estrenar mirada
desestructurar prejuicios
ductilizar movimientos
encarnar convicciones
reinagurar vocación

Para que el gozo de estar vivos “tonalice” con más intensidad que el “agrisamiento” ontológico del sinsentido.

Se trata de estimulaciones fascinantes (no desafíos) para optar por el cambio desde el Sujeto-los Sujetos, con ocasión de mundos caóticos, complejos, enfermos y empujados a las patologías.

En “nuestros” se vincula con identidad, pertenencia e inclusión…

Se trata de nuevos escenarios y se trata de in-novación en los intérpretes.

Hoy, estamos invitados a saltos cualitativos en dónde “lo nuevo” y los aprendices de novedad se encuentren no ya en la complejidad que atrapa y paraliza sino en el gozo de ir aprendiendo en la compleja-simplicidad de la alborada “sapiencial”. La del saboreo.

La del cambio. No como crispación sino como fluxión. La del acompañamiento no como mandato volitivo, sino como ocasión de crecimiento. La de la responsabilidad no como carga del rol, sino como hacerse cargo de ir buscando respuestas.

Esta aproximación intenta también un grado evolutivo interesante respecto de la polémica entre Modernidad y Posmodernidad. No mental, ni una negación de la racionalidad en su carácter constitutivo de la condición humana, ni un empoderamiento y absolutización de lo racional como la suprema versión de lo humano.

Las culturas, en tanto plexos y entramados de significaciones, en tanto urdimbres vinculares de todo tipo, expresan los juegos de todas las posibilidades humanas en la danza de las “inter-acciones”. Lo “inter”, el “entre” sobrepasa las barreras dicotomizantes del “esto y/o aquello”.

Tampoco se trata de licuar diferencias, sino en este caso, de abrir los espacios para que sean compartidos en una “unidad en la diversidad”.

Una situación, a la manera de ejemplo: la cuestión no es tensar la polaridad entre “razón” y “sentimiento”, la cuestión es poder vivir una racionalidad sensible y una sensibilidad racional, un pensamiento encarnado, y una decisión conmovida, una crisis pensante y un mandato gozoso.

El mundo contemporáneo necesita, casi terapéuticamente, la unidad de lo separado, la relación de lo disociado, la inclusión de lo excluído.

Todos los caminos hermenéuticos que aludan a esto, abren espacios de respuestas posibles y CON – MUEVEN.

Es decir: MUEVEN – CON.

Invitan al mayor movimiento: CAMBIAR.

Siendo el mismo, desplegarse en diversidad.

Es esta una oportunidad única, que también vuelve sobre sí misma y exige su propio escenario:

la vinculación entre lo que se dice y lo he se hace

Afirmación obvia.

Pero hoy lo obvio no está resuelto.

La crisis de lo obvio y la necesaria vuelta hacia ello son dos oportunidades inigualables y un punto de partida casi imprescindible para acceder a los fenómenos culturales.

La proliferación del mundo del simulacro, del enmascaramiento y la con- veniencia expresan una inmensa crisis de Con-fianza.

Quízás no sea hoy la manifestación antropológica más crítica y abisal.

No hay posibilidad de construir vínculos sin esta placidez ética que es la confianza. No es posible pensar en cambios superadores sin generar este “supuesto social obvio”.

Lo obvio ha sido violentado por las estructuras de dominación y las infinitas formas de la hipocresía.

La recuperación del con-fiar, es decir del fiar-con, que no se puede lograr mediante verbalizaciones o fundamentaciones retóricas.
Precisamente uno de los mayores señalamientos críticos de los jóvenes recae en la des-confianza en la “palabra”. Específicamente.

Siendo así ¿cómo plantearla educación, la prédica, la promesa?…

He aquí la aparición como oportunidad y horizonte de una tarea estructural y personal, apasionada y tan difícil como fascinante: construir confianza.

El salto antropológico que se propone es una concepción de palabra que no se circunscribe a la expresión oral y escrita.

Hay un pasaje altamente interesante en percibir que no solamente tenemos y usamos lenguajes, sin que

SOMOS PALABRA.

Y el CUERPO está en ENCARNACION DISCENTE.

En épocas de banalidad y vacío de sentido, es éste un lugar interesante ara dar densidad a vínculos que al decir de Bauman hoy son predominantemente “líquidos”.

Si las palabras se encarnan en acciones, en “lecturas” de los cuerpos, de los gestos, de lo sutil no verbalizado, de lo no-dicho en tanto tal, el camino de la recuperación de la confianza en el discurso, vendrá por este “curso de acontecimientos”.

Camino de “densificación” no a la manera de lo pétreo, rígido, sino de lo que tiene perfil propio, de lo que no es escurridizo ni evanescente, y que opta por un contorno: el de las convicciones encarnadas.

Todo esto permite de algún modo plantear un lugar hermenéutico que hoy tiene particular relevancia: la paradoja, la tensión de opuestos que se mantiene como tal.

Desde las estructuras globales, mundializadas e invita a la interrelación, a la inter-disciplina, a la inter-comunicación, y a la par y simultáneamente se producen movimientos masivos de exclusión social de todo tipo.

Desde las teorizaciones se plantea el elogio de la diversidad, de la multiculturalidad y de las diferencias, pero estallan las experiencias de xenofobia, homogeinización y todas las formas de discriminación.

Desde las propuestas se puede plantear la paradoja, la cuestión es también tener conciencia de las propias. Y hacer algo superador con ellas.

“Desde la conciencia del temblor paradojal podemos fluir hacla la construcción de con-fianza”.

“Desde la resignación podemos desplazarnos hacla la re-significación”.

Estas son las tareas.

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